Paran ‘golpe’ de radicales
Los dos senadores de Morena por la Ciudad de México y a su vez de los más radicales recibieron la línea presidencial de no sólo abortar la operación golpista en contra de su coordinador parlamentario, Ricardo Monreal, sino también la orden de apaciguar la confrontación al interior del grupo parlamentario. Es una especie de armisticio que perduraría por lo menos hasta el 15 de enero de 2023.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Los dos senadores de Morena por la Ciudad de México y a su vez de los más radicales recibieron la línea presidencial de no sólo abortar la operación golpista en contra de su coordinador parlamentario, Ricardo Monreal, sino también la orden de apaciguar la confrontación al interior del grupo parlamentario. Es una especie de armisticio que perduraría por lo menos hasta el 15 de enero de 2023.
Sí, la senadora Citlalli Hernández y César Cravioto (suplente de Martí Batres), los más duritos de los senadores morenistas, entendieron la realidad: que si se va Monreal pierden la mayoría en la Cámara Alta.
La misma Hernández, en una entrevista con el periodista Álvaro Delgado, así lo expuso: “En el ambiente del Senado hay el rumor de una pretensión de romperle la mayoría a Morena y dejarnos en minoría. Es decir, si el senador Ricardo (Monreal) decidiera irse de Morena y llevarse a algunos senadores le haría probablemente una mayoría a la oposición…”
El jueves de la semana pasada, cuando Monreal preparaba su viaje a la Interparlamentaria de España y se sabía que estaría fuera al menos 6 días, en el Senado de la República surgió información de que César Cravioto promovía un “golpe” contra su coordinador parlamentario para, aprovechando el viaje (literal), destituirlo. Lo frenaron.
Los cálculos que tenían en la propia bancada de Morena e incluso en la Secretaría de Gobernación es que si Monreal sale de la bancada de Morena, el Gobierno pierde la mayoría en el Senado, pues se irían con el zacatecano 17 de los 60 senadores morenistas.
El Grupo Parlamentario quedaría con 43, más 5 del PVEM, 5 del PT y 4 del PES. O sea, Morena y sus aliados tendrían 57 senadores, mientras que la oposición PAN, PRI, PRD y Movimiento Ciudadano sumaría 70 legisladores, quienes hasta con su firma y su voto han manifestado su apoyo a Monreal. La consecuencia: una parálisis legislativa el resto del sexenio.
Los focos rojos para el Gobierno en el Congreso federal se encendieron con mayor intensidad el martes, por la decisión unilateral de Morena de llevar al Pleno la discusión de la reforma electoral de López Obrador que elimina las diputaciones plurinominales y reduce el financiamiento público, pues sus aliados se crisparon.
Principalmente el PVEM, que amenazó romper la alianza con el Gobierno y llevarse sus 41 votos a la oposición, con lo que los morenistas perderían la mayoría absoluta en la cámara baja. Sin el PVEM, entre Morena (203) y el PT (33) se quedarían con 236 de los 500 diputados.
Por supuesto, la ruptura de los verdes con la alianza morenista afectaría aún más al Senado y, peor aún, las alianzas presidenciales para 2024.
La confrontación en el Grupo Parlamentario de Morena en el Senado no va a parar hasta que Monreal quede fuera. Por ahora, el escenario es que no haya ruptura alguna terminado el periodo de sesiones el próximo 15 de diciembre.
Los grupos en disputa, acaso sin acordarlo, optaron por un armisticio, al menos hasta mediados de enero, cuando deberán valorar si continúan juntos para el periodo ordinario del 1 de febrero al 30 de abril, o el Gobierno decide conservar la mayoría en el Senado para lo que haga falta.
La realidad es que esa decisión es exclusiva de López Obrador, pues como dice Monreal “sólo me puede quitar quien me puso”. El final ya lo sabemos todos, pero faltan el cómo y el cuándo.