Bosque de Tlalpan, devastado desde ‘Reino Aventura’
A propósito del escándalo que ha generado la actitud irresponsable de los propietarios del parque de diversiones Six Flags, hay que recordar que esta no habría sido la primera ocasión en que habrían afectado una reserva ecológica tan importante para la capital, como el Bosque de Tlalpan. FOTO: X / Alcaldía Tlalpan / SEDEMA
Glorieta de Colón
A propósito del escándalo que ha generado la actitud irresponsable de los propietarios del parque de diversiones Six Flags, hay que recordar que esta no habría sido la primera ocasión en que habrían afectado una reserva ecológica tan importante para la capital, como el Bosque de Tlalpan.
Ese sitio de diversión carga el pecado original, pues en 1978 “regalaron” por 99 años más de 50 hectáreas de ese gran espacio ecológico. Para construir Reino Aventura, devastaron miles de árboles, con la complicidad por supuesto del entonces presidente José López Portillo, el regente del DDF Carlos Hank González, y los delegados de Tlalpan, Carlos Real Encinas y Ernesto González Aragón.
Quienes en la primera etapa aparecieron como propietarios de Reino Aventura, inaugurado en 1982, fueron los empresarios José Represas, Pablo Funtanet y Gaspar Rivera Torres. Después retomó la empresa Antonio Quevedo, pero lo que nos cuentan es que la concesión por 99 años sigue viva, y todavía le faltan 53 años.
Es gran tema a revisar, sobre todo qué ha hecho la izquierda con esta privatización de facto de más de más de 50 hectáreas de una reserva ecológica, que debería ser un espacio para el beneficio social, y no concesionado.
El galimatías de Batres
A reserva de que lo explique su alcance en términos prácticos, el jefe de Gobierno, Martí Batres, entregó una iniciativa de reforma al artículo 35 de la Constitución de la CDMX, que parece un galimatías. Propone actualizar los principios de igualdad sustantiva, justicia restaurativa y justicia redistributiva, que deberán regir la función jurisdiccional.
Según Batres, todo proviene de una “reflexión” realizada desde diversos ámbitos de la sociedad –no dice cuáles–, para que los jueces tengan un mayor sentido de justicia y eviten liberar a presuntos delincuentes, como el caso de Fabian “N”, señalado por autoridades capitalinas como uno de los principales generadores de violencia.
Pero también, que no haya dilaciones indebidas de los derechos humanos, especialmente se personas en situación de pobreza marginación, desigualdad, discriminación o desventaja social”. Ojalá que cuando se dé la discusión, quede más clara la pretensión de Batres.