
¿Alguien ya sabe el móvil de los ‘pinchazos’?
¿La penalización de los llamados “pinchazos del Metro” servirá para acabar con esto que parece una nueva modalidad de violencia en la capital del país? FOTO: Especial
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
¿La penalización de los llamados “pinchazos del Metro” servirá para acabar con esto que parece una nueva modalidad de violencia en la capital del país?
Probablemente no, porque la medida por sí sola sería insuficiente. Tienen que implementarse otros protocolos y, más importante, involucrar a la sociedad, a los 6 millones de usuarios del Metro al día, porque ni con todos los efectivos de la policía capitalina se puede garantizar tasa cero de delitos en este sistema de transporte.
Es buena decisión penalizar el hecho con dos a cinco años de prisión y 50 a 300 UMAS (Unidades de Medida y Actualización) de multa, para quien, “sin el consentimiento de una persona, le administre, introduzca, suministre o aplique cualquier sustancia de manera subrepticia o mediante engaños”. El delito se seguirá de oficio, por lo que la autoridad está obligada a iniciar la querella en cuanto tenga conocimiento del hecho. La víctima no podrá otorgar el perdón.
En el caso de los pinchazos, lo más complejo para que las autoridades combatan el flagelo es que desconocen el móvil de la agresión. De las 68 denuncias presentadas, los dictámenes periciales detectaron solamente en cuatro casos sustancias psicotrópicas. Sólo en éstos podría plantearse la hipótesis de que se les suministró una sustancia tóxica para sedarlos o drogarlos, acaso para robarles sus pertenencias (ocurrió en sólo 2 casos), una agresión sexual o secuestrarlos, lo que no ocurrió en ningún caso.
¿En los otros 64 hechos denunciados qué sucedió? ¿Por qué los pincharon? ¿Les inyectaron algo? ¿Es algún grupo político o criminal que pretende desestabilizar generando pánico social? No hay respuesta, y por eso algunos han recordado el mito del ‘chupacabras’ de Ernesto Zedillo: aparecía ganado vacuno muerto y supuestamente todo era obra de un misterioso ser vivo que, cual vampiro, absorbía la sangre de los animales. Sin pretender minimizar lo de los pinchazos, sólo si se esclarece el móvil se llegará a la verdad.
Y como no es el ‘chupacabras’, el GCDMX emitió una serie de recomendaciones para evitar ser pinchado. Es parte de la cultura de autocuidados y autoprotección que debe desarrollar la ciudadanía, porque son 6 millones de personas que viajan diariamente en el Metro, quienes pueden reportar, ser testigos y hasta impedir hechos delictivos.
Pero si ocurrió el pinchazo, lo primero que dicen las autoridades que debe hacer la gente es solicitar ayuda a los policías del andén o los torniquetes, accionar la palanca del vagón –si ocurrió en su interior– y buscar atención médica lo más pronto posible. Por supuesto, también deben presentar la denuncia.
Es clave el apoyo de los usuarios del sistema de transporte. No sería un caso exclusivo de México. En países de esos que llamamos “desarrollados” y tienen un “gran sistema de transporte” hay de sobra letreros en el Metro y autobuses para advertir que deben cuidarse de los carteristas (pickpockets), y casi el gobierno se deslinda si te roban.
Aquí ayuda lo que dice haber hecho el gobierno: reforzado el número de efectivos de la Policía Auxiliar y de la Bancaria en el Metro hasta llegar a 5 mil 800 elementos; 2 mil 900 por cada turno de 24 horas. Como son 190 estaciones y tienen que vigilar también las oficinas, talleres y centro de control, quedan unos 2 mil 500 efectivos por turno. O sea, hay en promedio 13 por estación, aunque no lo parezca. ¿Algún día se sabrá el móvil de los pinchazos? Lo veremos.