Autoridades CDMX revictimizan
Por andar más en la grilla del 2024, el Gobierno capitalino, la Fiscalía CDMX y la Alcaldía Iztacalco no atendieron como era su obligación a una víctima y la revictimizaron. Por eso, con justa razón demandó al Estado Mexicano, al que le atribuye la responsabilidad de la muerte de sus hijas, Sofía y Esmeralda por “negligencia” y “omisión”, por “tener en pésimas condiciones la infraestructura urbana”.
Mensaje Político
Alejandro Lelo de Larrea
Por andar más en la grilla del 2024, el Gobierno capitalino, la Fiscalía CDMX y la Alcaldía Iztacalco no atendieron como era su obligación a una víctima y la revictimizaron. Por eso, con justa razón demandó al Estado Mexicano, al que le atribuye la responsabilidad de la muerte de sus hijas, Sofía y Esmeralda por “negligencia” y “omisión”, por “tener en pésimas condiciones la infraestructura urbana”.
Las tres autoridades mencionadas ignoraron, despreciaron y hasta actuaron de manera tramposa en contra de María Elvira, después de que sus hijas Sofía y Esmeralda, de 17 y 23 años, fallecieron el 10 de noviembre al caer en una coladera sin tapa sobre el Viaducto Rio Consulado, en la Alcaldía Iztacalco, porque además la vía pública estaba completamente oscura.
En el caso del Gobierno capitalino, que encabeza Claudia Sheinbaum, hay responsabilidad porque la tragedia ocurrió en una vía primaria, cuyo mantenimiento le corresponde al Sistema de Aguas de la Ciudad de México (SACDMX), a la Secretaría de Obras y Servicios (Sobse) y a la Secretaría de Movilidad (Semovi). Posterior a la tragedia, si Sheinbaum encargó a alguien que se atendiera a la familia de las jóvenes, le falló.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México (FGJCDMX), que encabeza Ernestina Godoy, tampoco fue sensible ante la tragedia. Diputados de todos los partidos en el Congreso de la Ciudad de México le hicieron un llamado a Godoy para que atendiera a la madre de la joven y se iniciara una averiguación previa, pero la fiscal le negó esa vía.
Después, hubo una actuación inmoral, sucia por parte de la Fiscalía. Se aprovecharon del enorme distanciamiento entre los progenitores de las jóvenes y fueron a convencer al padre para que aceptara una indemnización como víctima, y así cerrar el proceso. Ulises Lara –el lector de comunicados de la Fiscalía–, informó que el martes 14 de febrero por la noche se “firmó con el padre de las jóvenes un acuerdo reparatorio de cumplimiento inmediato”. Tramposamente, al hacer el anuncio, Lara no hizo mención alguna que no estaba incluida la madre de las jóvenes fallecidas, la señora María Elvia Canchola, quien horas más tarde evidenció la truculencia y desconoció el convenio.
La Alcaldía Iztacalco, que encabeza Armando Quintero –quien anda más ocupado en conseguir una candidatura a diputado federal para cubrirse las espaldas– en vez de empatía con las víctimas, tuvo una actitud “discriminatoria y racista”, le acusan, cuando en una comparecencia en el Congreso de la Ciudad de México, dijo que ese tema debe ser olvidado, “porque ya son carne muerta” (sic). Eso dice la denuncia que presentó María Elvira, en la que añade: “De Armando Quintero me gustaría decirle que mis hijas no son carne muerta, no somos animalitos para atacar carne muerta, mis hijas fueron unos ángeles en vida y lo siguen siendo, que falta de ética y de compromiso, esa persona está donde está (es alcalde) y si así se expresa de dos personas tan amables y hermosas, no puede ser posible que esté donde esté”.
La denuncia de María Elvira es por “negligencia”, “omisión”, “indiferencia” y “olvido de autoridad”. La presentó ante la Secretaría de la Controlaría General de la Ciudad de México, que está bajo el mando de Sheinbaum, quien ahora carga la responsabilidad de otorgar la reparación del daño y hacer justicia a la víctima. Debería hacerlo y pronto, pues está en campaña y ya viene la encuesta. Lo veremos.