Hasta la oposición cierra filas con Brugada

Hasta la oposición cierra filas con Brugada

El hecho más próximo fue el atentado que sufrió en 2020 el entonces secretario de Seguridad Ciudadana de la capital, Omar García Harfuch, en el que él salvó la vida, pero lamentablemente fallecieron dos de sus escoltas y una mujer de manera colateral. FOTO: Especial

Mensaje Político


Alejandro Lelo de Larrea


Aunque no se ha identificado a los responsables, ni se ha establecido el móvil del homicidio de la secretaria particular de Clara Brugada, Ximena Guzmán y de su asesor José Muñoz, el violento hecho sacude no sólo al Gobierno de la Ciudad de México, sino también a sus habitantes, porque no hay registro un crimen de tal magnitud en contra de colaboradores tan cercanos a quien encabeza el Poder Ejecutivo de la CDMX.

El hecho más próximo fue el atentado que sufrió en 2020 el entonces secretario de Seguridad Ciudadana de la capital, Omar García Harfuch, en el que él salvó la vida, pero lamentablemente fallecieron dos de sus escoltas y una mujer de manera colateral.

El grave hecho de este martes ha generado reacciones, desde las carroñeras de la política para lucrar con la tragedia, aunque afortunadamente han sobresalido las favorables, las de solidaridad y el cierre de filas con Clara Brugada y su gobierno. De manera notable los 16 alcaldes, sin importar la extracción partidista, así como los coordinadores de todos los Grupos Parlamentarios en el Congreso, el Poder Judicial, y organizaciones y líderes empresariales.

Todos deben tener como diagnóstico dos cosas fundamentales. La primera: la capital del país no atraviesa por su mejor momento en cuanto a los índices delictivos; la segunda: a nadie, –y menos a los gobernados– le conviene ni directa, ni indirectamente alimentar el escarnio contra el gobierno ante hechos tan lamentables, porque les salpica y tarde o temprano se les va a revertir. La única manera de hacerle frente a los grupos de la delincuencia organizada es la unidad.

También es muy importante el respaldo del Gobierno federal, como lo solicitó el día previo el alcalde de Miguel Hidalgo, Mauricio Tabe, en el contexto de su comparecencia ante el Congreso de la Ciudad de México.

“Lo que nos está preocupando y hacemos un llamado desde aquí al Gobierno federal para poner atención a la estrategia del combate al crimen organizado, porque se están desatando las ejecuciones en la ciudad y nos está afectando en Miguel Hidalgo”, dijo.

Por ahí va ya surgiendo un posible móvil, como lo señaló este martes la bien informada coordinadora de Morena en el Congreso, Xóchitl Bravo. “Lo sucedido es una reacción del crimen ante una administración que ha decidido enfrentar con firmeza y determinación a quienes atentan contra la seguridad y tranquilidad de los capitalinos”.

A posteriori, en esta lamentable historia hay que hacerse una pregunta: ¿Falló la Subsecretaría de Inteligencia de la Secretaría de Seguridad Ciudadana, que encabeza Pablo Vázquez? De manera urgente, el gobierno de Brugada tendría que hacer una profunda revisión de esa área neurálgica, a cargo de un policía con mucha experiencia, como Hermenegildo Lara Lugo, con fuertes respaldos desde Bucareli.

Esta Subsecretaría debería tener como parte de sus funciones el análisis de riesgo de funcionarios clave del GCDMX y en su caso presentar alertas. Lo que no se sabe si fue el caso de Ximena Guzmán y José Muñoz, quienes pesar de la cercanía con Brugada no traían escolta y ni siquiera chofer. Incluso, en su histórica austeridad él solía viajar en transporte público. Por eso es que se quedaba de ver con su compañera de trabajo sobre Tlalpan, avenida que debía atravesar por el paso a desnivel que se encuentra casi en la esquina con Xola, a 300 metros de la estación del mismo nombre del Metrobús en que viajaba. Seguro habrá ajustes en los protocolos de inteligencia y seguridad. Lo veremos.

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