Morena y Brugada, más débiles que en 2021 en CDMX

Morena y Brugada, más débiles que en 2021 en CDMX

Si en el 2021, cuando Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador estaban en el cenit de su poder, la alianza entre el PAN, PRI y PRD le ganó al partido oficial por más de 100 mil votos en la CDMX, hoy en el ocaso de la 4T y la mayor división de la izquierda capitalina en su historia reciente, las expectativas de triunfo de Clara Brugada se desvanecen. FOTO: Brugada y Morena

Mensaje Político

Alejandro Lelo de Larrea


Si en el 2021, cuando Morena y el presidente Andrés Manuel López Obrador estaban en el cenit de su poder, la alianza entre el PAN, PRI y PRD le ganó al partido oficial por más de 100 mil votos en la CDMX, hoy en el ocaso de la 4T y la mayor división de la izquierda capitalina en su historia reciente, las expectativas de triunfo de Clara Brugada se desvanecen.

Y peor aún, porque en lo que va del año, organizaciones sociales, sindicales, empresariales y militantes de otras fuerzas políticas que habían otorgado su respaldo a las aspiraciones de Omar García Harfuch dijeron que con Clara ni a la esquina, y se han ido sumando al opositor Santiago Taboada.

En la mayoría de los casos todavía no hacen pública esa simpatía a favor de Taboada, porque habría represalias inmediatas. Pero se sabe que han manifestado de forma directa o a través de interpósita persona su apoyo a Taboada. Ahí andan sindicatos de instancias de gobierno y órganos autónomos de la CDMX, que pueden superar los 100 mil trabajadores.

¿Por qué los líderes sindicales no quieren nada con Brugada? En resumen: no la quieren, y menos a Martí Batres, porque siempre han recibido agravios de ellos. Por eso saben la pesadilla que les espera si ella gana. Un par de ejemplos: el golpe que dieron a Hugo Alonso Ortiz, del Sindicato Único de Trabajadores del Gobierno de la Ciudad de México (SUTGCDMX), para bajarlo del liderazgo de ese órgano gremial. O a Fernando Espino, del Sindicato del Metro, a quien acusaron de boicotear, junto con sus agremiados, a ese sistema de transporte.

Brugada, además, abandonó a quien fue su principal defensor en la interna, el alcalde de la segunda demarcación más poblada, la Gustavo A. Madero, Francisco Chíguil. Ahí Sheinbaum impuso como candidato a Janecarlo Lozano, y Brugada ni las manos metió.

Otro punto que debilita: la aparición de Marcelo Ebrard en la campaña de Brugada, pues todo mundo sabe que él es corresponsable de la tragedia en la Línea 12 del Metro, que dejó como saldo 27 muertos. Esta mala imagen se traslada a quien es su candidato en la tercera Alcaldía más poblada, la Álvaro Obregón, el desconocido Javier López Casarín, su operador financiero. No tiene con qué ganarle a la alcaldesa Lía Limón, quien trae elevadas cifras de aprobación.

En Iztapalapa, la demarcación más poblada de la capital, ha crecido el apoyo hacia Santiago Taboada, ante la falta de entendimiento y división de los equipos de la candidata a la Alcaldía, Aleida Alavez, y el grupo todavía gobernante, el de Brugada. Por supuesto que no va a ganar la oposición, pero ganar más votos que en 2021 aumenta las posibilidades de Taboada.

Otro problema que enfrenta Brugada es su convalecencia por cirugías simultáneas de ambas caderas, lo que la limita para caminar las calles, fundamental para ganar una elección en la capital. Este martes, Brugada suspendió un recorrido que había anunciado por el Mercado San Juan. Sólo hace eventos en mítines, con puros acarreados, a quienes ni siquiera saluda en su llegada, porque sube directo al estrado.

Tampoco ayuda Claudia Sheinbaum con desplantes como el del viernes, cuando le rechazó en público un beso afectuoso a Brugada y la alejó bruscamente. Y de pilón, Sheinbaum y su jefe político López Obrador atacan a las clases medias –mayoritarias en la CDMX– y las alejan más de la de la 4T. Hay otras historias que debilitan más a Brugada, y las que sin duda ocurrirán en la campaña. Lo veremos.

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