Bien social, periodistas deportivos mexicanos

 

 

+Son cordón umbilical entre la información el pueblo, nunca del poder

 +“La Patria es Primero”, el águila, la serpiente y…

 +Cuando David Faitelson pudo ser senador

+La importancia de este oficio para Fernando Schwartz y Francisco Javier González

+Durante el acto de entrega de reconocimientos a integrantes del Salón del Periodista Deportivo, en el Senado

Jesús Yáñez Orozco

Ciudad de México, 14 de diciembre (BALÓN CUADRADO).- El pensamiento juarista, en broncíneas palabras, “entre los individuos como entre las naciones el respeto al derecho ajeno es la paz”, sobre 17 letras argentinas, “la patria es primero” –vocablos, éstos, como mudos testigos, de la autoría de Vicente Guerrero, primer mandatario mexicano de origen afrodescendiente, en el marco de la independencia de 1810 — blindaron, durante casi dos horas un hecho histórico en la prensa nacional.

Ocurrió bajo la bóveda del Salón de la Comisión Permanente del Senado de la República, unos 30 metros de alto, de albos techos y paredes, que semeja un pálido cielo donde cuelgan, como hilos invisibles, un puñado de estrellas encarnadas en reporteros: una veintena de integrantes del Salón del Periodista Deportivo, fundado en 2014.

Dan un mayor sentimiento patrio, consciente o inconscientemente, dos águilas devorando a la serpiente, sobre el nopal, también en bronce, al frente de los atriles de madera desde donde hacen uso de la palabra los legisladores.

Aunque la verdadera y única ‘patria’ para los reporteros es la sociedad, el pueblo. Son, estos comunicadores, el cordón umbilical entre la información y el lector, televidente, escucha o internauta.

Nunca, jamás, el poder.

Mientras alrededor del recinto legislativo un frío, casi invernal, enrojece las mejillas, poco después de las 11 de la mañana, en un hecho inédito, comenzó, cálida, encendida, la ceremonia de entrega de reconocimientos, en el senado de la República, a seis –de doce– miembros del Salón del Periodista Deportivo.

Todos, en abril pasado, participaron en el foro para impulsar dos iniciativas del Partido Movimiento de Regeneración Nacional –Morena–: el Día Nacional del Periodista Deportivo, el 22 de febrero, a partir del 2024, y el Premio Nacional de Periodismo Deportivo.

El primero ya es una realidad institucional. Aunque desde hace tres décadas es celebrado, gremialmente, por la Federación Mexicana de Cronistas Deportivos, fundada hace 32 años.

El encargado de llevar la conducción del acto, un hombre cuarentón, apuntes en una libreta de piel, camina nervioso, en un espacio de tres metros cuadrados, con micrófono inalámbrico en la mano derecha. Con voz chillona, impostada, suena a anunciante, cómo se oye por el sonido local, de una tienda departamental.

A lo largo de las casi dos horas que duró el acto rostros de inenarrable satisfacción, la mirada iluminada, sonrientes, y la reiterada metralla de aplausos, rubricaron las encendidas palabras de quienes hicieron uso de la voz.

Sobre todo, cuando se anunció el compromiso de los senadores que verá la luz, el año próximo, el Premio Nacional de Periodismo Deportivo. Una quimera largamente acariciada, hace una década, por los comunicadores.

Los senadores anfitriones, ambos de Morena, abrieron la sesión de apasionada bienvenida y sentidos discursos, ante más de medio centenar de personas, reporteros, familiares, invitados especiales y representantes de medios de información: Eduardo Ramírez Aguilar, presidente de la Junta de Coordinación Política (Jucopo) del Senado, Eduardo Ramírez Aguilar y Ricardo Velázquez Meza.

Durante su intervención el silencio era lapidario, sepulcral, casi de camposanto. Quizá habría sido apenas perceptible el aletear de una mosca bajo la bóveda blanquecina.

Jovial, enfundado en ropas oscuras y bufanda negra, Eduardo Ramírez expresó su reconocimiento y gratitud a las y los cronistas deportivos. Sobre todo, por las emociones que le han traído a las y los mexicanos gracias al compromiso con su labor.

Explicó que la Cámara no sólo debe reconocer al talento cívico, artístico y cultural, sino al deportivo y al de la comunicación, De ahí la importancia de hacer énfasis en la labor de las y los cronistas deportivos.

Subrayó que en México la figura del cronista deportivo ha jugado un papel “muy importante” en el desarrollo social del país.

A través de ellos, puntualizó, se ha logrado dar a conocer el deporte y, gracias a la difusión de los medios de comunicación digitales e impresos, han dado relevancia a deportes que son poco conocidos por el público en general.

Por su parte, el senador Velázquez comentó que, en un plazo no mayor a dos meses, se hará la propuesta legislativa para el Premio Nacional de Periodismo Deportivo que, de ser aprobada, podría ponerse en marcha en 2024.

Dicho galardón, lamentó, tenía que haberse creado desde hace tiempo porque la profesión tiene un fuerte impacto en la sociedad mexicana:

“Nosotros aparte de eso estamos planteando una iniciativa para que se instituya en todos los niveles básicos, medios y superiores, horas de educación física, que la materia de educación física sea obligatoria, no nada más para el nivel básico, sino también para el nivel universitario”.

Concluyó:

“Estamos convencidos de que el deporte tiene que ver con la salud de nuestro país y es algo que tenemos que entender”.

Más del 70 por ciento de la población en México –entre 130 millones de habitantes—sufre obesidad y sobrepeso infantil y adulto. Tiene, con Estados Unidos, la deshonrosa medalla de oro a nivel mundial, en ambos casos.

Parece no haber algo que atempere ese fenómeno que lacera a la sociedad, en corto, mediano y largo plazo.

Toca el turno de hablar a tres de los seis comunicadores reconocidos: Fernando Schwartz, presidente del Salón del Periodista Deportivo, David Faitelson y Francisco Javier González, también integrantes de ese organismo gremial.

Durante casi 10 minutos, Schwartz, memoria prodigiosa –que viene desde que, de niño participó en el Premio de los 64 Mil Pesos, con el tema del futbol, hace muchos ayeres–, sin documento alguno ante sus ojos, suelta un discurso bien hilvanado, estructurado, y ningún equívoco.

Agradeció el espaldarazo gremial a los legisladores donde destacó la participación de tres pilares del Salón: Jorge Bermejo, José Garduño y Artemio Cano. Tridente –como se dice en el argot futbolísticos– que durante casi una década condujeron los destinos de este emblemático recinto, para dignificar la labor del reportero de deportes.

Bromista como suele ser, siguió Faitelson. Tras su paso por ESPN –y luego de haberse cortado el cordón umbilical, periodísticamente hablando, de José Ramón Fernández– y su polémico salto a Televisa, se ha convertido en una suerte de involuntario ‘influencer´ en redes sociales.

Reconoció que se sentía muy contento por pertenecer a este selecto grupo de periodistas, que está haciendo historia. Y que en algún momento –sin mencionar, quién, cómo ni cuándo—alguien le propuso ser senador.

“Toco madera”, dijo golpeando un par de ocasiones, con los nudillos de su asezna mano derecha, el atril de madera.

«Toc, toc», que taladró oídos de los asistentes y que corrió bajo la blanca bóveda hasta convertirse en estruendoso silencio. Y que hizo recordar cuando despanzurraba los teclados de las computadoras en la redacción de deportes de TV-Azteca.

Pero que él jamás sería político, aunque elogió, frente a los legisladores, a quienes se dedican a esa labor.

Francisco Javier, por su parte, reflexionó, con algunos apuntes ante su mirada, cómo todos los deportistas de alto rendimiento, en alguna etapa de su vida, habían tenido el sueño de jugar en un torneo municipal, estatal o internacional. Y de que, al final, cumplirían su sueño de llegar a representar al país.

Motivados, seguramente, subrayó, por haber visto algún reportaje, crónica o entrevista de alguno de sus ídolos.

Al final recibieron sendos reconocimientos:  Bermejo –93 años decano del periodismo deportivo nacional–, Garduño, Cano, Schwartz, González y Faitelson.

Y, sí: son un bien social en un país quebrantado.